En el bus pensaba estupideces, nada del otro mundo solo estupideces, no sabía que haría, si tomar metro o tomar otro micro, le gustaba la segunda opción, pero pensó que era mejor el metro, porque llegaría más rápido. Ya en el metro tomo su celular, saco los audífonos de la mochila y se ponía a escuchar canciones, puso modalidad “ramdom” y escuchaba cada nota, tomaba atención a cada letra, cada palabra, de esas canciones que han marcado su crecimiento a la adultez…
La gente iba cada vez más apretada en el vagón, entonces pensó “debí irme en micro”.
Una chica nn llamo su atención, se acomodo al lado de él dejando su mano al rose constante de la mano de él, se sentía cómodo, muy cómodo, cuando iba a hablarle las puertas del metro abrieron y escucho una voz femenina algo cansada “estación Manuel Montt” y la chica nn se bajo, no le dio tanto importancia… como todas las cosas que le habían pasado en el día, nada importante, nada.
Su vida era una montaña rusa de emociones, pensamientos abstractos que no hacían nada más que confundir más lo que tenia, ya, en la cabeza.
Escuchaba “Fue” de Soda Stereo y recordó lo mal que le hizo esa canción hace unos veranos atrás, recordó ese lugar, los amigos, las mujeres y las traiciones que dejaron un grupo totalmente distanciado y paliado hasta el día de hoy, aun no sabía porque la seguía escuchando, si le hacía mal, pero hay que entender que es parte de la vida asimilar que ciertas cosas pasaron y que seguirán pasando y si hay motivos para volver a revivir esos malos recuerdos, es para darse cuenta de lo beneficiosos que fueron para que ahora enfrentes el día a día de forma distinta y seas la persona que eras hoy.
Se acomodo, aunque duraría poco, se bajaba en 2 estaciones más, era absurdo pero lo hizo, al bajar, noto un tipo que tenía un extraño parecido a alguien, no recordó quien era hasta ver bien a este señor desconocido. Soltó una risita, trato de disimular, se le vinieron a la cabeza esos momentos tan agradables con su amigo, que no veía hace mucho, decidió llamarlo en la noche. Subió las escalas y vio un extraño resplandor rojizo, el cielo adopto ese color tan característico en invierno, al ver nadie en la acera, se sintió desprotegido, el siguiente bus a tomar estaba en la siguiente calle, tomo valor, y avanzó mientras sonaba “Cuídame, yo te cuidaré, yo también pague placeres ciegos, y no quiero ver, la luna roja…”