sábado, 8 de abril de 2017

Bitácora de Viaje: Rio de Janeiro Para Chilenos Día 1




Hola nuevamente, antes de empezar me gustaría decir que este viaje tuvo muchos inconvenientes, cambiamos el destino varias veces y por ciertas razones personales que prefiero no decir, terminamos de por decidirnos e irnos a Brasil, destino Rio de Janeiro.

Compramos casi todo muy encima, así que de todas formas los pasajes nos salieron algo caros para lo que ya habíamos visto en fechas anteriores, fueron $284.000 pesos chilenos (clp), pero lo bueno es que pudimos ahorrar en una plataforma bien buena. No compramos un paquete, o fuimos a un hotel, sino que arrendamos un departamento con la página www.airbnb.cl, de la cual ahora yo soy usuario también. El arriendo fue lo mejor que pudimos encontrar, nos salió muy barato, los 10 días que estuvimos en Rio nos salió alrededor de $250.000 clp y eso dividido en dos, la verdad es que lo encontré muy barato, sabiendo que estábamos a solo 1 cuadra de la playa de Copacabana.

Bueno, el primer día fue bastante agotador, ya que el vuelo igual duro harto según yo, e hicimos una escala en Montevideo donde tuvimos que esperar alrededor de 2 horas antes de volver a tomar otro avión y llegar a Rio de Janeiro.

Chao Santiago!!
Esperando en Montevideo

Casi llegando a Rio

 Lo que mas me impresiono al llegar a Rio, es lo gigante que es, de verdad es enorme, arriba del avión al momento de aterrizar se puede ver hasta el horizonte iluminado, de verdad lo que siempre nos muestran en televisión es muy poco comparado con lo que es de verdad. Siempre nos muestran las playas y el comercio, pero para el interior es de verdad gigante. Según el censo 2014, Rio tiene mas de 6 millones de habitantes, pero la verdad es que yo creo que obviamente ahora hay mas.
La inmensidad de Rio de Janeiro


Al bajarnos del avión tuvimos nuestra primero acercamiento al mundo carioca y buscamos que nos servía para poder llegar a nuestro departamento. Llegamos al Aeropuerto Internacional Antonio Carlos Jobim o Galeāo, que adivinen, también es enorme además de moderno. Tengan en consideración que hay dos aeropuertos en Rio, el que les acabo de nombrar y el Santos Dumont. El Galeāo queda mas lejos de las principales playas, así que el trayecto desde este lugar a Copacabana (lugar donde nos íbamos a quedar) era de 40 minutos aproximados en micro, para llegar del aeropuerto hasta allá, tienen que tomar la línea 2018, y sale alrededor de R$16 reales (brl), que son aproximadamente 3420 pesos chilenos, es algo caro, pero los taxistas cobran mas, y si quieren ir mas cómodos, pueden pedir un UBER también. Ojo, el aeropuerto tiene WiFi

Bueno, la cosa es que llegamos a nuestro departamento, nos recibió la administradora y la verdad que el departamento a pesar de que era pequeñito, tenia de todo y además es bastante te cómodo.





    Primera cosa que hicimos fue ir a la playa, y tuve mi primer contacto con el océano índico, sumergí mis pies y el agua es maravillosa. A pesar de que la gente encuentra que era helada, yo la encontré mucho mas tibia que las aguas del litoral central chileno, aun así, no es tibia tibia, pero tampoco helada, tiene la temperatura justa para que se vuelva agradable una vez ya que lanzas a un chapuzón. Por suerte nuestra, a los pies de nuestro departamento hay varios restaurantes y caminando por la misma calle (Nossa Senhora de Copacabana) habían también lugares donde vendían jugos y desayunos, tomamos desayuno en el local Espacio Jaky y luego almorzamos en los restaurantes que estaban bajo nuestro departamento (Nossa Senhora de Copacabana con calle Francisco Sa).


En fin, después de ir un ratito a la playa, tomar desayuno, descansar y luego ir a almorzar, fuimos a nuestro primer destino que teníamos previsto, este fue el Jardín Botánico.


 El Jardín Botánico de Rio de Janeiro es, adivinen, enorme… tiene mas de 83 hectáreas de bosques y 54 de zonas cultivadas. Tiene una colección de mas de 40 mil plantas. Este lugar fue primeramente un centro de aclimatación de plantas orientales para su posterior cultivo, acá se trajeron canela, pimienta entre otros. En este centro donde también se realiza educación ambiental tiene visitas guiadas en español, cosa que me enteré después, tiene una pequeña laguna con una gran Palma del Viajero (Ravenala madagascariensis, planta que en realidad no es una palmera y debe su nombre porque tiene depósitos de agua entre sus hojas), además de una gran avenida con palmeras enormes. Tiene un museo también, que por lo que he estado investigando, está cerrado porque restauración. Para llegar ahí les recomiendo que vayan en Metro, NUNCA en bus. La calle Rua Jardim Botânico tiene un tráfico asqueroso, de verdad, siempre hay tacos y tramos bien cortos se transforman en malas caras por todo el tiempo perdido, de hecho llegamos casi a la hora de cierre, cuando habíamos salido desde una hora prudente de nuestro departamento, y gracias al famoso taco o congestión vehicular, nos quedamos sin poder ir a nuestro segundo destino. Les recomiendo que vayan a la estación de metro Botafogo y de ahí tomen cual micro (allá los llaman ônibus) que vaya a Rua Jardim Botânico, ya que la congestión es yendo hacia el norte, no hacia el sur.












Este parque fue construido luego de que la Familia Real Portuguesa  y toda su corte llegará a Rio de Janeiro en la primera década de 1800, escapando de las conquistas de Napoleón y de la alianza franco/española que querían obligar a que Portugal se sumara al bloqueo comercial que tenían con Inglaterra. En fin una parte de la historia que no tenía ni la menor idea que había pasado, ni que una familia real europea había vivido varias décadas en una de sus colonias latinoamericanas. Gracias a esto se creo el jardín para la aclimatación de plantas como había escrito anteriormente.



La avenida con Palmeras Imperiales (Roystonea oleracea, planta proveniente del caribe que fue plantada por el príncipe regente y por eso tiene ese nombre) llega a dejarte con la boca abierta ya que las palmeras miden mas de 30 metros de altura.






Definitivamente el jardín es una visita que no hay que perderse, la tranquilidad, los espacios públicos, el verde predominante, el cantar de las aves, la gran altura de los árboles, te invitan a relajarte, sentarte observar a los cariocas, leer un buen libro, o simplemente disfrutar del calor, la humedad y del vientecito en la cara.

Como mencioné anteriormente, se nos hizo bastante tarde y la verdad que no pudimos seguir recorriendo ese día. Así que nos devolvimos al departamento a descansar (la micro se demoró años en pasar nuevamente y el trayecto igual se nos hizo largo).


Nos esperaba un nuevo paseo al día siguiente, el Cristo Redentor.


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